lunes, 27 de julio de 2015

Bases (a)científicas que sustentan la desigualdad

Dos objetivos básicos se persiguen con este escrito: 1) la Arqueología no habla sólo del pasado y  2) la investigación sobre la Prehistoria es fundamental para la vida actual y hay que reenfocarla.

A pesar de los numerosos cambios socioeconómicos de los últimos tiempos que nos han ofrecido condiciones materiales concretas las cuales a su vez han propiciado cambios importantes en la situación de las mujeres en nuestro país, nos queda aún un importante camino por recorrer.  Y seguramente es ahora el momento de actuar ya que con el argumento de la crisis estamos retrocediendo en muchos de los derechos conseguidos y en las medidas implementadas cuando en realidad la crisis afecta especialmente a las mujeres en todos los ámbitos.

Una parte de los argumentos que se utilizan para explicar esta dificultad en conseguir alcanzar una igualdad estructural entre mujeres y hombres, igualdad en derechos por la que se lucha desde hace ya más de tres siglos, es la pre-eminencia en el modelo social de los valores masculinos frente a los considerados femeninos.

El poder de quienes detentan y defienden esta pre-eminencia masculina es, pues, lo que hace posible esta continuidad.

Este modelo, basado en una serie de estereotipos, es el que se fomenta y perpetúa mediante los media y la educación a todos los niveles. Nos lo implantan.

Hablamos de poder porque hay una relación desigual. Aquí entraría la necesidad de las mujeres de romper esta asimetría reconvirtiendo estas relaciones,  no aceptando los valores masculinos como modelo. Entendiendo el poder como la posibilidad de enfrentarnos de la manera más coherente posible a la desigualdad y a la injusticia, como posibilidad de incorporar en el debate público temas tradicionalmente excluidos de la esfera política. Poder entendido como capacidad para la acción política.

Es imprescindible empezar a discutir y a modificar las bases, lo que sustenta todo este entramado.

He hablado antes de los estereotipos masculino y femenino y su importancia social, de lo que nos transmite la educación, las canciones, el cine…..la gente.
Me refiero a esta dualidad en la especie humana: ser hombre o ser mujer. A las características diferenciales que dicen que tenemos en cuanto a posibilidades físicas, emocionales….Características que al ser esenciales, nos dicen, se traducen en capacidades diferenciales.   Y así, esta naturaleza nos haría aptas a las mujeres para cuidar enferm@s o criaturas, para organizar la casa y hacer mejor las tareas que requieren ser detallista etc. y a los hombres los haría ser mejores para trabajos que requieran esfuerzo físico, tareas públicas etc.  También nos haría a nosotras sensibles y a ellos violentos. Saben de qué hablo.

El argumento de la Naturaleza, de la biología, en relación a nuestras aptitudes es el que surge siempre en las discusiones o discursos que defienden este estado de cosas.
Cuando se quiere cerrar la discusión se nos dice: “es natural, esta en tu/vuestra naturaleza”. Y terminan con lo que parecería ser el argumento definitivo: “siempre ha sido así”.  Entendiéndose, claro, que lo que están diciendo es que “por lo tanto” no se puede cambiar. De lo contrario dejaríamos de ser verdaderas mujeres o verdaderos hombres…y todo se estropearía.

Afirmo que esta manera errónea de ver la humanidad ha impregnado la ideología de lo común, de los comunes. Se ha interiorizado. Y es muy difícil discutirlo, la mayoría cree que es así.

Podríamos pensar que no es tan importante, que el tiempo ya lo va cambiando. Pero si reflexionamos a fondo veremos que estos estereotipos son la base de toda la construcción social posterior. Y cambiaría todo más rápido, creo, si entendiéramos que no tienen ninguna base científica.

Es muy importante pues para las mujeres, aunque no sólo, saber de dónde viene toda esa argumentación. Y también cómo se ha conseguido interiorizarla, qué condiciones lo propician.   Básicamente porque a partir del conocimiento podremos diseñar respuestas y alternativas.

¿Cómo hemos llegado a esto?. Cuando dicen “desde siempre” quieren decir desde que existen sociedades humanas, es decir desde la Prehistoria  (época que por cierto empezó mal, excluida de la Historia).
Están diciendo pues que en la Prehistoria, hace más de 100.000 años, cuando se estaban conformando las primeras sociedades plenamente humanas ya había familias, las madres cuidaban de sus hij@s, no se movían demasiado de la cueva para no dejar solas a las criaturas que debían cuidar, existía el enamoramiento, la división de las tareas en función del sexo, los hombres eran violentos, se peleaban por culpa de las mujeres, mujeres que eran débiles… Podría seguir pero ya se saben la canción. Habrán visto además películas, documentales, dibujos en museos donde se describe así esta larga-larga Prehistoria.
Todo ello además ligado con el discurso de que la caza fue la manera básica de conseguir comida/que los hombres eran quienes cazaban/ que ellos inventaron los instrumentos, la comunicación…todo lo que define humanidad, lo que nos hace humanos. De aquí el solapar, el confundir “hombre” con “humano”. Y de aquí los grandes titulares y títulos en libros, artículos, enciclopedias: El origen del hombre, El primer europeo, Los primeros antepasados del hombre…. Lo masculino es ya sinónimo de humano.

Este discurso que he simplificado empezó en el siglo XIX con el nacimiento de la Arqueología como disciplina. Y en lo fundamental no ha cambiado.
Se construyó un modelo de Humano=Hombre. Y nosotras nos convertimos en “El otro/Las otras “. En los relatos sobre Prehistoria casi nunca estamos, sólo cuando quiere hablarse de “cosas de mujeres” (si se encuentra alguna aguja de hueso p.e. que dicen era para coser). Y saben que salir es importante, si no nos nombran no existimos. El lenguaje es muy importante. Debemos dejar de usar falsos genéricos que esconden a la mitad de la humanidad.

El argumento en el XIX era que la Arqueología (la única ciencia para estudiar Prehistoria) no podía llegar a conocer como eran socialmente aquellas sociedades, aunque inmediatamente después lo decían! Es cierto que lo decían sólo al nivel llamado divulgativo, popular
La Arqueología ha mejorado mucho su acercamiento a las sociedades prehistóricas, pero no en estos aspectos. Aspectos básicos pues recordemos que nos definen como personas y como sociedad, nos dicen qué y qué no natural, qué lo ineludible. No ha mejorado significa que no estamos aún segur@s de poder decir cómo se fueron conformando las primeras relaciones entre mujeres y hombres, relaciones que podemos calificar de nucleares pues configuraron las primeras sociedades.  Sí que sabemos que las sociedades humanas son por definición no naturales es decir que se conforman gracias a que consiguen depender cada vez menos de un ambiente determinado. Lo hacen estableciendo con el medio una relación cambiante que depende básicamente de ellas mismas. Cada vez dependen menos de la biología, que puede eso sí condicionar.
Las relaciones que fueron organizando aquellos primeros grupos son pues sociales e históricas, no naturales ni determinadas por la biología.

Es decir, todo lo que se nos dice que ha sido igual desde la Prehistoria carece de base científica.  Y carecen también consecuentemente de ella todo lo que sirve para divulgarlo.
No sabemos aún si hubo división de tares en función del sexo en la larga Prehistoria, si la hubo de qué tipo fue y si fue cambiando y porqué, si hubo diferentes tipos de organizaciones sociales, alternativas en cuanto a organizarse para la supervivencia.

Así, los documentales, dibujos, relatos, cómics que nos cuentan con detalle la vida cotidiana en la Prehistoria son instrumentos de poder, poder de crear opinión, de consolidación de este patrón asimétrico-desigual. Una mal entendida divulgación ayuda a mantener estas opiniones y la gente finalmente lo asimila como “saber popular” y así se afirma que son estas características diferenciales entre mujeres y hombres las que convierten la reproducción en destino, el espacio público siga siendo masculino o que el trabajo doméstico no se considere productivo.
Es así porque lo dicen l@s científicos, los que saben. Y no es exactamente cierto, los científicos cuando hacen ciencia no dicen estas cosas.

¿Por qué no se ha avanzado arqueológicamente hablando hacia metodologías que permitan contrastar hipótesis sobre cómo fueron y cambiaron (o no) aquellas relaciones que nos convirtieron en seres sociales? Fácil: por inercia, academicismo y por no tener ningún interés en cambiar estas suposiciones tan útiles para que nada cambie.

Es urgente modificar este estado de las cosas. De qué priorizamos como temas de investigación y de qué divulgamos mientras tanto.  Hay que actuar a distintos niveles, en la propia política científica, con el profesorado y responsables de espacios divulgativos, con los medios de difusión. Deben saber cual es el estado actual de nuestros conocimientos, que al menos una parte del mundo de la investigación dedica tiempo y esfuerzo a investigar estos temas aunque no son los más favorecidos ni apoyados. Y también es importante que se entienda la importancia de esta investigación sobre la prehistoria para la actual vida de mujeres y hombres y su futuro.

Dra. Assumpció Vila Mitjà
Profesora de Investigación CSIC
Departamento de Arqueología y Antropología IMF-CSIC

Barcelona

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