lunes, 3 de agosto de 2015

Coría y el Mar

Sin duda todo un reto hablar de igualdad para una persona que no se considera experta en género. Bien es cierto que he sido afortunada de poder aprender de grandes y luchadoras mujeres que la vida me ha llevado a conocer por puro azar. En 2010 tuve la suerte de entrar en contacto con el colectivo de mujeres con discapacidad Intelectual y desde FEAPS Madrid ( Federación de Organizaciones a favor de las personas con discapacidad Intelectual de Madrid) recibí el encargo de realizar el mediometraje documental También somos mujeres. Ese año este grupo de mujeres salía por primera vez a las calles, el día 8 de marzo, en la Manifestación por el “día de la mujer trabajadora”, como un colectivo más, integrado en esa marea heterogénea que todos los años grita por la ansiada Igualdad de Género. La conclusión principal  que extraje de este trabajo es que las mujeres con discapacidad intelectual, tienen los mismos deseos, los mismos sueños que cualquier otra mujer, pero muchísimas más barreras para alcanzarlos…son un gran ejemplo para cualquier mujer que se excuse en las desigualdades generadas por la sociedad, porque en muchas ocasiones las barreras nos las ponemos nosotras mismas.
Ese mismo año, un viaje a los campamentos de refugiados saharauis (donde sobreviven exiliados desde hace más de 40 años) cambió mi vida y también mi percepción sobre las mujeres de aquel remoto lugar. Con motivo de unos Talleres de Cine en los que ejercí como profesora de jóvenes adolescentes saharauis y españoles, acudí a los campamentos durante el FiSahara (Festival de Cine del Sahara). Lo mejor de este acontecimiento no es ver estrenos de maravillosas películas en la arena a modo de butacas y con el cielo estrellado del Sahara como techo. Lo mejor es que entras en contacto directo con una sociedad, “hermanada” a la nuestra, a la par que sorprendente. El alojamiento “obligado” de cualquier persona que acude a los campamentos es la “jaima” de una familia. El destino quiso que fuera a parar a una familia regentada por 3 mujeres, 3 hermanas: Kahalussa, Salka y Manatta. Cualquier miedo a lo desconocido que en mí hubiera en ese momento, cualquier preocupación que yo pudiese tener del choque idiomático y cultural con el que me iba a encontrar se disipó en instantes. Aquellas mujeres contaban con una inteligencia emocional superdotada, con una manera de saber estar y comportarse conmigo que me hicieron sentir completamente cómoda y en casa desde los primeros instantes. Después de una semana en una nube, en aquel inhóspito lugar que los niños y mujeres llenan de color y vida… sentí una gran deseo de narrar lo que allí viví y de ahí surgió el largometraje documental: Coría y el Mar donde abordamos la problemática del pueblo saharaui vista con perspectiva de mujer.
Y por qué estas mujeres son como son y calaron tanto en mí como para embarcarme en la locura de hacer una película sobre su historia… Esto es lo que voy a tratar de explicar aquí. La sociedad saharaui era una sociedad nómada y así siguió siendo durante el colonialismo español. En los estudios que se han hecho se encuentran ciertas controversias acerca de si era una sociedad totalmente matriarcal o no; pero lo que sí  es indudable es que cuando el hombre se iba a pastorear los camellos o cabras, dejaba a la mujer al cargo de la jaima y la familia. Tras la “marcha verde” (año 1975), vino el éxodo saharaui. Las mujeres no tuvieron otra que endurecerse:  andar miles de kilómetros, ver morir a algunos de sus hijos y familiares, respirar napalm, esconderse de los bombardeos, sufrir tormentas de arena, dejar atrás sus casas, su país, su mar… Nada más y nada menos que ese tipo de endurecimiento. Y tras salir indemnes de todas esas “andanzas” se encontraron en un terreno hostil y ajeno, el más duro de los paisajes, el pedregoso desierto cedido por Argelia: La Hamada. Los hombres se marcharon a la guerra y ellas quedaron solas, sin nada, más que algunos sus hijos, los que habían sobrevivido, en ese lugar. Sus melfas (las telas de colores que utilizan como vestimenta, que por aquel entonces eran negras) fueron sus primeros “hogares”. Como reza la tagline de nuestra película “Ellas levantaron vida en la nada” y esto es literal. Levantaron toda una sociedad que se creía temporal (pero que cumple este año su 40 aniversario). Hoy en día este lugar tiene escuelas, Centros de Salud, Ayuntamientos… Durante esos años las mujeres hicieron todo y realizaban todas las profesiones necesarias en cualquier sociedad. Pero en el año 92 los hombres saharauis regresaron de la guerra y hubo que reubicarlos en esa sociedad temporal en la que de momento no tenían hueco. Esto supuso un considerable retroceso para las mujeres saharauis y perdieron ciertas libertades que todavía hoy cuesta recuperar. A pesar de ello la esencia de una mujer fuerte, trabajadora y luchadora todavía se percibe en las mujeres del Sahara. Los estereotipos de mujeres árabes y musulmanas que en occidente abundan caen por su propio peso al conocer a las “Saharauiyas”.  En Coría y el Mar cada una de las 5 protagonistas nos muestra una mujer que puede ser un buen ejemplo de lo que trato de explicar. Mamía es una mujer de unos 60 años Mamía es educadora en la Escuela de Educación Especial de Dajla: donde hay adultos y niños con discapacidad intelectual. Ella vivió el exilio, era una joven madre nómada que cuando fue expulsada de su país y llegó a la hamada argelina tuvo que unirse al resto de mujeres. En ese momento tuvo que aprender toda clase de actividades. A finales de los 90 se fundó en el Campamento de Dajla la Escuela de Discapacidad y Mamía se unió a la directora en su lucha por que se cumplan los derechos de las personas con discapacidad intelectual. Salka, madre de una niña de 3 años, combina profesión y maternidad. Trabaja en uno de los dispensarios de las Dayras (barrios) de Dajla. El centro de salud fue construido por Médicos del Mundo. Allí trabajan el doctor y Salka como farmacéutica. En un campamento de Refugiados, el ejercicio de la medicina y la asignación de medicamentos sufren importantes trabas por la falta constante de recursos derivada de lo  precario de su situación. Raabub, amiga de Salka, una inmigrante saharui, doctora en un hospital de Vitoria que mantiene siempre viva la cooperación y relación con su pueblo.
Fatma y Mulaa, veinteañeras, amigas inseparables, jóvenes llenas de ilusiones pero con gran conciencia de la causa de su pueblo. Fatma es la conductora de su familia y no duda en ayudar y hacer de chófer improvisada para cualquier persona que lo necesite. Mulaa, estudiante de farmacia con gran vocación. Dos mujeres que tienen claro que quieren forjar su destino dando pasos en la igualdad de género en su campamento.
Coría, la niña que da nombre al título de nuestra película. Nació en los Campamentos de Refugiados, en Argelia. Aunque sólo tiene 10 años, sabe perfectamente que ése no es su país; es un espacio cedido por Argelia, que no le pertenece ni a ella ni a su pueblo. Su madre es trabajadora social en su daira (municipio) y su padre todavía trabaja en el ejército. Coría va a la escuela todos los días, donde aprende árabe, español, historia y matemáticas. En sus intervenciones abundarán los mensajes de ilusión con los que el pueblo saharaui quiere conjurar un futuro mejor. Todas las noches Coría sueña con el mar. El mar de Dajla libre.
Una generación de la que no podemos prescindir, porque al igual que en nuestra propia sociedad sentaron las bases para la igualdad haciendo la parte más dificil del trabajo, son las abuelas: ancianas que conocieron las playas del sahara y vivieron. Son las propias abuelas de nuestras protagonistas: La abuela de la pequeña Coría, la abuela de Fatma, la conductora, o la doctora de medicina tradicional, la abuela de Salka.

Uno de los momentos de la película que mejor puede representar la lucha por la igualdad de género de estas mujeres, es cuando Fatma, la conductora, comenta con su amiga y alumna improvisada, la importancia de conducir para “sentirse libre” sin importar que a los hombres les parezca bien o mal, porque “las mujeres tenemos que tener los mismos derechos que los hombres”. Este deseo está hoy presente en los campamentos, prueba de ello es que el público (hombres y mujeres) que asisitió al esstreno de la pelicula en el pasado Fisahara(mayo 2015)  rompió a aplaudir y también a emitir el grito de alegría típico de la mujer saharaui el zaghareet. Sin duda nuestra protagonista estaba poniendo voz a muchas mujeres que también cuentan con ese sentimiento. Pero en Coría y el Mar, encontraremos contradicciones derivadas de estas desigualdades todavía hoy imperantes. Las chicas jóvenes se reúnen a merendar en las dunas y hablan de divorcio, de que cada vez son más escasos los matrimonios concertados, de la libertad de la mujer… Unos minutos después en la siguiente secuencia presenciamos una típica boda saharaui, cuesta reconocer a la novia, como es lógico ya que asiste a la ceremonia completamente tapada, y esto sucede en los mejores casos, ya que en otras celebraciones nos consta que ni siquiera está en la jaima de la fiesta sino separada con sus amigas y familiares cercanos hasta el reencuentro con el marido.

Camino por andar nos queda a todas y contradicciones aparecen también en todas las sociedades con sus derivados culturales, aunque es cierto que pueden chocarnos más las cosas sucedidas en otras culturas. Por ejemplo en la lucha contra la violencia de género, estamos superadas por la sociedad saharaui. Allí es impensable que un hombre maltrate a la mujer, si lo hiciera toda la sociedad, todo el pueblo, se pondría en contra de ese hombre y saldría peor parado que muchos delincuentes de género aquí.

El documental está lleno de  pinceladas de la doble lucha que llevan a cabo estas mujeres, por la causa de su pueblo y por alcanzar la igualdad de género. Sin duda, de su fuerza, su capacidad de adaptación, su paciencia, su templanza y hospitalidad podemos aprender grandes lecciones de la vida y tomar también fuerzas para nuestra propia lucha.
INFO CORIA Y EL MAR.
FICHA TÉCNICA
TITULO: CORÍA Y EL MAR
GUIONISTA/DIRECTORA: Diana Nava
PRODUCTORAS: NASA y ORREGAfilmak
PRODUCCIÓN EJECUTIVA: Diana Nava / Ainara Pagola
COPRODUCTORES: Mikel Pruaño, Javier Pruaño, Ioseba Garmendía
NACIONALIDAD: SPAIN
AÑO: 2014
IDIOMAS: Spanish/ Hasanía (Dialecto Árabe)
Subtítulos: Español/Inglés/Árabe
Duración: 79 min
FORMATO: 16/9 (panorámica  WIDESCREEN) 1:1.66
LOCALIZACIONES: Campamento de refugiados de  Tindouf-Argelia / Cádiz / Valencia / País Vasco
GÉNERO: DOCUMENTAL
EQUIPO TÉCNICO Y ARTISTICO
PROTAGONISTAS
Coría Mohamed Daf
Salka Abdalahi Alali
Fatma Mohamed-Zein,
Mul.la Bachar
Mamía Bachir Hemad
Raabub Mohamed Lamin
MÚSICA
Gonzalo Díaz Yerro
CANCIÓN ORIGINAL
Suilma Aali

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